El sueño viaja hacia Santiago

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El seleccionado argentino se floreó anoche ante Paraguay, lo pasó por encima en Concepción y alcanzó la final de la Copa América. Fue 6-1 para Argentina, que desplegó todo su repertorio para vencer con facilidad a los “guaraníes” y quedar a un paso del título que se escapa desde hace 22 años.

Ahora el elenco de Gerardo Martino se las verá con el equipo anfitrión, el sábado en el estadio Nacional de Santiago.

En la fría noche de la Región de Bío Bío de movida se perdió el gol Roque Santa Cruz, quien remató con deficiencia una pelota que le bajó Haedo Valdéz. Se salvaba Argentina, que al toque respondió por derecha cuando Zabaleta metió el centro y Pastore le pegó suave a las manos de Justo Villar.

Paraguay no estaba tan atrás como se especulaba y a la Selección le costaba en esos primeros minutos. Pero un centro de Lionel Messi terminó en rebote y Marcos Rojo, de media vuelta, sacó el zurdazo para el 1-0 en el Ester Roa.

Al conjunto de Martino se le presentaba el partido que quería, con un rival teniendo que salir y de esa manera poder aprovechar los espacios para ataques rápidos y, en lo posible, letales. Por esta razón Argentina casi marcó. Messi corrió, enganchó cerca del área, desairó a todos y habilitó a Pastore, pero el cordobés no definió bien y Justo Villar ahogó el segundo grito albiceleste. Pero el del París Saint Germain tuvo revancha. Messi lo asistió otra vez y con un derechazo Pastore sacudió la red para el segundo gol argentino. Como en La Serena, aquel 13 de junio, Argentina se ponía arriba por dos goles ante los de Ramón Díaz.

“Y Chile tiene miedo, y Chile tiene miedo” cantaban los argentinos ante el silencio de paraguayos y locales, que parecieron sentir el golpe de algo que no fueron a ver pero que en el fondo preveían. “Ay, ay ay, no tengas miedo, podés cantar”, se divertían los albicelestes. Era todo de Argentina, adentro del campo y afuera en las tribunas.

La Selección dominaba, tocaba, manejaba los hilos a su antojo con un Messi movedizo e incontrolable para los “guaraníes”.

Pero Otamendi salió mal desde atrás, a Pastore lo anticiparon y Lucas Barrios, desde la medialuna y de zurda, descontó. Ahí revivieron los paraguayos, también los chilenos.

Incluso los de Ramón tuvieron el empate en los pies de Raúl Bobadilla, pero el albirrojo remató desviado. ¿Se volvía a repetir la película de La Serena? La respuesta fue negativa.

Esta vez el guión cambió: gran jugada colectiva, asistencia de Pastore y zurdazo esquinado de Di María para el 3-1. Argentina encaminaba el pasaje a la final en el inicio del complemento. Y “Fideo”, que venía con mucho despliegue aunque sin gol, se sacó la mufa tras una buena acción de Messi que Pastore definió mal pero que el jugador del Manchester United corrigió para inflar dibujar con sus manos el corazón del gol y del 4-1 parcial. “Que de la mano de ‘Leo’ Messi, todos las vuelta vamos a dar”, se coreó en el Ester Roa. Argentina goleaba y la cuestión era saber por cuánto sería la diferencia.
El partido cayó en un pozo, porque los de Martino bajaron la intensidad y Paraguay nunca contó con respuestas ni futbolísticas ni anímicas para dar vuelta la historia.

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Galería completa – Fotos: Diego Riquelme

Pared entre Pastore y Messi, pero el crack rosarino no pudo con Villar, que le ganó en el mano a mano. De todos modos, bajó una ovación para “La Pulga”, que seguía sin poder convertir su tanto, ese que según sus palabras, “le cuesta”. Pero en Concepción quedaba más: centro de Di María y frentazo impecable de Agüero para el quinto grito argentino de la noche. Y mientras sonaba con fuerza el “soy argentino, olé, olé, olá”, Gonzalo Higuaín clavó el sexto para que el delirio, la ilusión, crezca aún más. Sinfonía de la Selección, que ahora viajará a Santiago con el sueño intacto de levantar la Copa en la casa del anfitrión.

Por Diego sánchez
Imagen Prensa AFA / El Fulbaso
– Diego Riquelme
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