El Mundial acude puntualmente cada cuatro años a la muestra magistral de mezcla de identidades, culturas sociales y deportivas, aspectos técnicos y tácticos, metodologías de entrenamientos, sistemas de juego y por sobre todo, de la manifestación estructural del mismo como arte universal a través del talento de los Futbolistas.

Es notable lo que convoca una pelota de fútbol, quién hubiera imaginado con el correr de los siglos semejante vidriera. Por allí desfila la Élite deportiva de antaño, presente y futura, augurando a través de los mensajes y presagios selectivos, lo que acontecerá en dicho evento de nivel Internacional.

Todos sacamos conclusiones y defendemos con ideas más o menos próxima, lo que más desearíamos de cara al futuro, pero allí es donde no podemos alcanzar cierto nivel de expectativas porque la pelota aún no comenzó a rodar y ya nos imaginamos en un sitio donde todos quieren llegar… La Cima, para alzarnos con el trofeo más codiciado.

Pero debemos comprender con certeza que todo el palabrerío que de ahora en mas desarrollaremos, será solo eso, palabras que nos aproximen al objetivo despojado de temores y clamores para insertarnos de lleno en pleno Mundial.

Son 32 equipos con cualidades diversas, estilos diferentes, tácticas universales, talentos individuales, vuelos futbolísticos disímiles, sueños de campeones y anhelos de quedar en la historia del juego más bello a nivel Internacional.

El mosaico se compone de futbolistas de una raza y estirpe distinguida, combinando un sin número de jugadas impensadas donde la identidad y la impronta se manifiesta de muchas formas y maneras para quedar expresado durante el juego.

Será fantástico observar como las Selecciones disputarán cada partido en la búsqueda de los aciertos y los errores para acercarse con valentía o menos, a la obtención de los puntos que validen la alternativa de superar las fases que los depositen en la final… será un recorrido fecundo, prolífico y lleno de entusiasmo para desandar la ilusión de que estilos diversos se enfrenten entre si en la búsqueda de la emoción, sensación y sueños de un fútbol valiente y tempestivamente mejorado de más en más.

Cada cuatro años las identidades y los estilos se modifican para asombrar al mundo y dejar sentado una nueva forma de interpretación de como jugar, gustar o no gustar, ilusionar o menos para que el mosaico que se compone de 32 culturas y sentimientos diversos, intervengan con presencia y emociones varias para obtener la Copa.

“Otorgándole un sentido significativo de porqué el juego sigue evolucionando y mejorando en todas las Naciones Futboleras”.



Por Facundo Alvanezzi
Formador de Jugadores
Imagen FIFA / Getty Images