Ya dejó de ser una mera casualidad, sino que más bien se convirtió en una causalidad. De la mano de Marcelo Gallardo, River volvió a sonreír en La Bombonera. Un hecho que desde su llegada en 2014 al banco de suplentes parece haberse hecho una costumbre. Además, en esta ocasión dejó en evidencia al técnico de enfrente, gracias al excelente planteo táctico que dispuso y que generó que el bicampeón del futbol argentino no se haya sentido cómodo en ningún pasaje del encuentro.

Marcelo Gallardo (D.T. River Plate): “La diferencia está en el marcador, nosotros hicimos dos golazos y por momentos manejamos el partido. Nunca sentimos el sometimiento de Boca, no sufrimos. Eso es lo importante. Aprovechamos los buenos momentos”.

La estrategia Millonaria fue clara: presión alta en la salida Xeneize, llegada al área rival con la mayor cantidad de jugadores propios para generar superioridad numérica y eficacia en la puntada final. Porque es válido aclarar que la visita no fue un vendaval, pero sí obtuvo resultado a través de su inteligencia.

Por el lado del local, Guillermo Barros Schelotto pagó caro haber dejado en el banco a jugadores como Pablo Pérez y Mauro Zárate, ya que sus reemplazantes (Agustín Almendra y Carlos Tévez) no lograron pesar en el desarrollo del juego. Su equipo careció de sorpresa, y de reacción.

Tras el golazo de Gonzalo Martínez en la primera etapa, los Boquenses se quedaron sin respuestas. Solamente tuvieron algún atrevimiento en el complemento, en donde con más empuje que juego lograron preocupar a Franco Armani con dos pelotas paradas (una pegó en el travesaño y en otra respondió con solvencia el arquero).

Guillermo B. Schelotto (D.T. Boca Juniors): “Fue un partido trabado, luchado, con poco juego. River nos esperó y lo definió con la volea de Martínez y el disparo de Scocco, pero fue parejo. Nosotros intentamos merecer el empate en el comienzo del segundo tiempo”.

Aunque toda esperanza se vino abajo tras el tremendo derechazo de Ignacio Scocco, que sepultó todo atisbo de ilusión en el conjunto Azul y Oro. A partir de ese momento la visita respiró y manejó las acciones a su antojo, en tanto que gracias a la seguridad de la defensa en ningún momento corrió peligro el marcador final.

Vale destacar que el encuentro del árbitro Mauro Vigliano no fue el mejor, como tampoco el de sus colaboradores. En el tintero quedarán dos jugadas claves: el codazo de Edwin Cardona a Enzo Pérez que era para roja directa; y la mano dentro del área de Leonardo Ponzio, que podría haber significado el empate parcial para Boca.

Por Federico Urriza
Imagen Agencia VOVOPAD