Historia pura, fue la que nos regalaron River y Boca a lo largo de los 120 minutos que duró el encuentro de vuelta en el Santiago Bernabeú. El Millonario escribió una de sus páginas más gloriosas tras vencer al rival de toda su vida por 3-1. Los goles del campeón de América fueron obra de Lucas Pratto, Juan Fernando Quintero, y Gonzalo Martínez.

Los equipos argentinos estuvieron a la altura del compromiso, como en el cruce de ida en La Bombonera. Jugaron una dignísima final, llena de emociones y momentos inolvidables. El estadio merengue fue testigo de lo que realmente destaca al fútbol sudamericano, como así también de la entrega y el compromiso que mostraron ambos equipos en virtud de obtener la consagración.

El partido tuvo dos caras bien marcadas: durante la primera etapa quien dominó fue el Xeneize, que se mostró compacto en defensa y expectante a la hora del contragolpe. Fórmula con la que abriría el marcador a través de Darío Benedetto, quien tras una excelsa habilitación de Nahitan Nández, protagonizó una gran jugada individual y desató el festejo Auriazul.

Pero todo cambiaría en el complemento, con el conjunto de Gallardo jugando en campo rival en busca del empate, apostando a las sociedades de sus mediocampistas. Finalmente llegaría a la igualdad luego de una gran pared entre Exequiel Palacios y “Nacho” Fernández, que dejó de cara al gol a Pratto, quien sólo tuvo que empujarla.

Juan Fernando Quintero festeja el 2-1. Foto: Conmebol

Con este resultado, todo se resolvería en el tiempo suplementario, en donde los de Núñez sacaron a relucir su mejor versión. Sobretodo luego de la expulsión de Wilmar Barrios por doble amarilla. Quien rompería todos los moldes fue el colombiano Quintero, que recogió la pelota en el borde del área, y con un zurdazo de ensueño la clavó en el ángulo izquierdo de Esteban Andrada.

Los minutos finales fueron para el infarto, con los de Guillermo Barros Schelotto yendo en busca de la heroica, y con sólo nueve jugadores en cancha, ya que Fernando Gago tuvo que salir por lesión. Situación que lo obligaba a dejar enormes huecos en su defensa. Uno de ellos terminaría siendo aprovechado por “El Pity” Martínez, que con una corrida magistral selló la historia.

De esta manera River consiguió llegar a la cuarta Conmebol Libertadores de su historia, y nada menos que venciendo en la final de todos los tiempos al rival de toda su vida. Que vale destacar, aceptó con entereza su derrota, e intentó luchar hasta los últimos segundos pese a los avatares a los que tuvo que enfrentarse.

Por Federico Urriza
Imagen Prensa CONMEBOL

Franco Armani de gran nivel defendiendo el arco de River levanta la copa. Foto: Conmebol
Momento exacto donde DT y jugadores levantan la Copa Conmebol Libertadores. Foto: Conmebol