Argentina perdió por 2-0 frente a Brasil en el Estadio Mineirão, y de esta forma se quedó sin chances de ser finalista. El próximo sábado jugará por el tercer puesto. Los goles fueron de Gabriel Jesús y Roberto Firimino. A continuación las claves para entender la victoria brasilera:
Argentina había arrancado bien plantado en el partido, pese al marco adverso. Hasta tuvo una chance clara en los pies de Leandro Paredes que casi convierte desde afuera del área. Pero Brasil no perdona, y en su primera incursión seria, abrió el marcador tras una gran jugada individual de Daniel Alves, que terminó empujando al gol Gabriel Jesús. Pese a la desventaja, la Albiceleste no desesperó y tuvo una chance para empardar el marcador, pero el travesaño le dijo que no.
Los de Tite con la ventaja a favor, intentaron seguir lastimando a la visita a través de transiciones rápidas, que pongan a correr tanto a Everton, como a Roberto Firimino. Pero tras el primer golpe recibido, la defensa comandada por Nicolás Otamendi se acomodó y no volvió a sufrir jugadas de peligro. Igualmente la Canarinha siempre se mostró amenazante, sobretodo cuando sus volantes, como Coutihno llegaban con pelota dominada.
En el complemento cuando el equipo de Lionel Scaloni estaba en plena búsqueda de igualar las acciones, inclusive con otro tiro en un poste, esta vez de Lionel Messi, llegó lo peor: en un rápido contragolpe los Cariocas sentenciaron el encuentro. Esta vez el encargado de vencer a Franco Armani fue Roberto Firimino. A partir de allí se le hizo cada vez más cuesta arriba el encuentro a la celeste y blanca. Que igualmente nunca dejó de buscar el arco de enfrente.
Los cambios que propuso el técnico rosarino no terminaron de inclinar la balanza a favor. En un encuentro parejo, Brasil supo golpear en los momentos justos. Y terminó llevándose un gran triunfo, que lo deposita en la gran final, pese a no haber mostrado todo su potencial poderío. En conclusión: llegó poco, y convirtió mucho. Ahora seguirá con grandes chances, por supuesto, de llevarse el trofeo. Ese que gana cada vez que es anfitrión de una Copa América.
Argentina, que terminó dejando una muy buena imágen en los últimos partidos del torneo, irá por el tercer puesto. Algo que no debería dejarse pasar por alto, teniendo en cuenta que llegaba con un equipo con caras nuevas, en pleno crecimiento y consolidación. Jugando de esta forma, el futuro será promisorio para estos jugadores, que no tienen, ni deben reprocharse nada. El público así se los hizo sentir, se fueron bajo los aplausos de los miles de argentinos que estuvieron en el Mineirão.
Por Federico Urriza – Enviado Especial
Imagen Agencia VOVOPAD