Los hinchas colmaron las tribunas para alentar a la Selección. Agencia VOVOPAD

Y un día volvió a casa. Luego de su periplo por el interior del país, en donde disputó sus últimos cuatro compromisos como local por Eliminatorias Sudamericanas (contra Bolivia y Paraguay en Córdoba, Uruguay en Mendoza, y Colombia en San Juan). Su último antecedente en Buenos Aires, nos remontaba al 13 de noviembre de 2015, cuando empató 1-1 con Brasil. En tanto que no sonreía en Nuñez hace más de tres años, cuando venció 3 a 1 a Perú, el 11 de octubre de 2013.

Desde temprano las calles cercanas al Estadio lucían repletas de camisetas celestes y blancas, la mayoría con el diez de Lionel Messi en su espalda. Como así también del Barcelona, con la misma inscripción. Los menos optaron por ir con camisetas de equipos nacionales, en donde lógicamente los cinco grandes de nuestro país llevaron ventaja.

Números: A lo largo de la historia, la Selección Argentina tiene una marca de 36 victorias, 13 empates y dos derrotas en el Vespucio Liberti.

Las entradas disponibles para el encuentro, ya habían volado a los pocos días de que se habían puesto a la venta, por ello en el Monumental, al inicio del encuentro, no cabía un alfiler. La situación actual en que se encontraba el seleccionado ayudó a que de principio a fin, el público se brindara por completo, más allá de lo poco que mostraron los de Edgardo Bauza.

Antes de que sonaran los himnos ya se escuchaba el “que de la mano de Leo Messi, todos la vuelta vamos a dar”, y que estallaría con más fuerza luego del penal ejecutado por el rosarino, y la posterior ventaja para Argentina. Durante el desarrollo del partido, las hinchadas se dedicaron diversas canciones (en donde se recordaban títulos y cuestiones tanto históricas, como geográficas). Ya sobre el final, y con la visita acechando el arco de Sergio Romero, se empezó a escuchar el “movete, Argentina, movete”.

Así pasó la noche en la cancha de River, con fiesta y algarabía en las tribunas, pero sin respuesta por parte de los protagonistas. Sobre todo teniendo en cuenta que por la calidad de ambos planteles, se esperaba un espectáculo más entretenido. Por el lado de los Albicelestes, se notó que todavía (y con razón) no pueden enamorar a su gente, porque antes que nada no pueden convencerse a ellos mismos.

Por Federico Urriza
Imagen Agencia VOVOPAD