Con perfil bajo, fiel a su costumbre, y cuidando las palabras, Alejandro Sabella prefirió ayer destacar el rendimiento del seleccionado en todas las líneas tras la victoria de sus dirigidos sobre Alemania. Es que su idea de “colectivismo” por sobre las individualidades parece estar dando frutos. Argentina ganó los últimos cinco partidos, y por momentos con pasajes de buen fútbol. Pero lo que más preocupa al entrenador, y lo declaró varias veces, es lograr afianzar el plano defensivo, donde Argentina sufrió mucho el último tiempo. Claro que “Pachorra” anoche debió haber dormido más tranquilo, porque esa faceta del equipo fue satisfactoria.

“Todos los defensores rindieron bien”, sostuvo el técnico en la conferencia de prensa, donde agregó: “Vi un equipo, todos tuvieron un rendimiento parejo. Teniendo en cuenta la envergadura del rival, en cuanto al conjunto, fue uno de los mejores partidos”. “La defensa mejoró con respecto al partido con Brasil, pero también hay que tener en cuenta que Alemania quedó con diez jugadores. Respondió bien, y quiero rescatar entre los defensores a (Marcos) Rojo, quien venía con un tiempo sin jugar con nosotros”, manifestó. Y, como es su costumbre, el DT se refirió a su capitán, Messi: “En el segundo tiempo hizo un gran partido, asociado con el ‘Kun’ y con el ‘Pipa’ y teniendo más opciones ante un adversario con un jugador menos”.

“Estoy caliente por ese penal porque sé que lo pateé muy mal. Por suerte después pude hacer el otro y nos ayudó a distanciarnos (…) Se consiguieron varias victorias y encontramos el camino jugando ante rivales complicados”. Lionel Messi (Argentina).

Los hinchas argentinos, presentes

Como cada vez que juega la Selección, sea donde sea en el exterior del país, los argentinos nunca faltan para brindar su aliento y, de alguna manera, sentirse cerca de los suyos a pesar de los miles de kilómetros de distancia. Fráncfort no fue la excepción a esa regla. Desde muy temprano, las camisetas albicelestes empezaron a visualizarse por diversos sectores de la ciudad. Mientras algunos bulliciosos alemanes cantaban en los barcos que navegaban por el río Main, a las orillas de sus aguas varios argentinos disfrutaban del sol (la temperatura alcanzó los 30 grados), el maravilloso paisaje y también de una cerveza bien fría.

Luego, camino al estadio, las remeras celestes y blancas fueron cada vez más. Residentes, compatriotas de ciudades cercanas, otros tantos de Polonia, Inglaterra, Italia y de vastísimos lugares de Europa, cientos de argentinos fueron llegando al estadio Commenrzbank-Arena, enclavado en el sudoeste de Fráncfort, en medio de una exuberante vegetación. Pero lo curioso fue ver tantas camisetas de Messi, sobre todo en niños alemanes. Con la “10” del Barcelona, muchos de ellos fueron acompañados de sus padres para disfrutar del mejor futbolista del planeta.

Durante el partido, en ciertos pasajes donde el público local hacía silencio, se sintió el clásico “vamos, vamos, Argentina…”. Banderas, saludos, fotos, encuentros, los argentinos aprovechaban cualquier ocasión para regocijarse de su “argentinidad” en la cálida tardenoche alemana. Y a través del fútbol, quizás sentirse un poco más cerca de la patria, sobre todo al momento de entonar las estrofas del himno y luego en los cánticos de la tribuna, quizás el mayor ritual del típico hincha nacional.

Por Diego R. Sánchez / Especial para El Fulbaso

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