¡De la mano de los pibes!

Por el choque de Ida de los Octavos de Final de la Conmebol Libertadores, Estudiantes obtuvo una gran victoria frente a Gremio por 2-1 en Quilmes. Resultado importante teniendo en cuenta que doblegó al campeón vigente de la competencia. Los goles de la noche fueron de Francisco Apaolaza y Gastón Campi para el local; en tanto que para la visita descontó Walter Kannemann.

Sin dudas un triunfo que quedará en la historia de la institución Albirroja, por la dimensión del rival que tenía en frente, y por cómo logró conseguirlo. Leandro Benítez dispuso poner en el once inicial a muchos jugadores de la cantera, que por supuesto ya conocía de su paso por la Reserva. Y los juveniles le respondieron, con goles, entrega y sacrificio.

El pincha salió a la cancha con tres categoría 1997 (Lucas Rodríguez, Iván Gómez y “Pancho” Apaolaza), uno 1998 (Iván Erquiaga), y el más joven fue uno del 2000 (Matías Pellegrini). Dejando a las claras la fuerte apuesta por los valores del Club. Además del delantero de Magdalena, vale destacar el aporte de Pellegrini que siempre se mostró como una opción de ataque, pero que no renegó en tener que luchar por recuperar la pelota.

Sus aportes fueron fundamentales para el desarrollo del juego, y sobre ello opinó su entrenador: “En todo momento entendieron la manera que había que jugar”. Pero también destacando que no los busca como su salvación, pero sí sabe las variantes que le pueden ofrecer a su equipo. Que ahora buscará la clasificación el próximo 28 de agosto en Brasil.

Desde el primer minuto el León fue intenso y procuró cortar todo avance del elenco carioca. Siendo fundamental la labor de mediocampistas como Gómez y Lugüercio que entendieron a la perfección lo que se estaba jugando. Ninguno escatimó en poner la pierna fuerte, ni en revolearla cuando fue necesario.

En conferencia “El Chino” confesó que eso era lo que le había pedido a sus dirigidos: “El primer tiempo fue lo que queremos para el equipo, meterle intensidad, sabíamos que teníamos que jugar de esa manera. En el segundo, el ritmo bajó bastante, pero el equipo en lo global hizo un gran partido”.

Si bien todavía resta el encuentro de vuelta, el público que se acercó al Estadio Centenario se fue conforme con la actuación de Estudiantes, valorando el desgaste realizado durante los noventa minutos, y con la certeza de volver a sentirse identificados con lo que ven dentro del campo. Por ello el grito unánime en el cierre: “Es el equipo del Narigón”.

Por Federico Urriza
Imagen Prensa EDLP