Antes que nada quiero pedirles disculpas, no sé bien para dónde va a salir este texto. En mi cabeza sólo resuena el título desde que se anunció la triste noticia. No es ningún secreto que para el mundo del fútbol vienen siendo días complicados, jodidos, en donde todo parece ir cuesta abajo. Con la herida abierta todavía por Pelusa, la vida viene y nos vuelve a pegar en donde más nos duele a todos los argentinos.

Quien les escribe es cosecha 1991, por lo que inmediatamente pueden deducir dos cosas: La primera es que no tuve la fortuna de poder ver con la totalidad de mis facultades al mejor jugador de todos los tiempos en cancha; y la segunda, es que Alejandro Sabella me permitió vivir y experimentar el hecho de poder ver a nuestra querida Selección Argentina en la Final de una Copa Mundial.

No les voy a mentir: La noticia fue un puñal. No podía, ni quería creer que la persona que nos había regalado la posibilidad de ser protagonistas hasta el último suspiro de un certamen mundialista se despedía tan pronto de nosotros. En ese mismo instante, empecé a recordar todas sus charlas y sus enseñanzas, en donde no hablaba solamente de fútbol, sino de la vida misma.

Dando indicaciones en Brasil 2014 – Captura Twitter

Porque Alejandro, además de ser un excelso entrenador, fue un ser humano extraordinario. Repleto de valores, con un compromiso social muy fuerte, defensor a ultranza del trabajo colectivo. Por ello una de sus frases de cabecera era: “Más nosotros y menos yo; más grupo y menos individuos”. Allí está su mejor legado, el que tenemos la obligación de proteger, copiar y compartir.

Vale remarcar, que además de haber sido un destacado entrenador, “Pachorra” también fue un brillante jugador. Admirado por propios y extraños. Jugó en Argentina, Inglaterra (de hecho fue uno de los primeros argentinos que se desempeñó en aquel país), Brasil y México. Además supo lucir la camiseta Albiceleste durante la Copa América de 1983 bajo la tutela de su mentor Carlos Salvador Bilardo.

A nivel clubes, no caben dudas de que su lugar en el mundo fue Estudiantes de La Plata, en donde como jugador obtuvo el Campeonato Metropolitano de 1982 dirigido por “El Narigón” Bilardo, y el Nacional de 1983 conducido por Eduardo Luján Manera. Años más tarde, en su etapa como entrenador, levantó la Copa Libertadores 2009 y el Torneo Apertura 2010.

Con Juan Sebastián Verón levantando la Copa Libertadores – Captura Twitter

En el Pincha se encargó de volver a llevar a la institución platense a la cima de América, cumpliendo el sueño de todos los jóvenes hinchas que por años escucharon las historias de la épocas doradas con Osvaldo Zubeldía. Y en el Seleccionado volvió a depositar al conjunto nacional en una Final tras unos largos 24 años de espera. Cumpliendo el deseo de toda una generación de poder ver a la Argentina en el encuentro definitivo.

Tras hacerse pública la noticia, no tardaron en llegar los emotivos mensajes de sus ex dirigidos, que sirven para ejemplificar lo que significó Alejandro en el mundo de la redonda. Por caso, en su cuenta de Instagram, Lionel Messi escribió: “Fue un placer compartir tanto con vos. Alejandro era una gran persona, además de ser un profesional impresionante que me marcó en mi carrera y aprendí mucho de él”.

El rosarino también agregó: “Vivimos juntos algunos de mis mejores recuerdos futbolísticos durante la etapa de la clasificación al Mundial y también en el Mundial“. Quien se sumó a las despedidas fue “El Jefecito” Javier Mascherano, quien afirmó: “Gracias a la vida por haberte cruzado en mi camino. Vuela alto, Maestro”. Ambos fueron los máximos referentes del equipo en Brasil 2014.

Dialogando con Lionel Messi – Captura Twitter

Lamentablemente se nos fue otro grande de verdad. Al que le vamos a agradecer eternamente por cada una de sus enseñanzas. Ese fue Sabella: El último hacedor de sueños.

Por Federico Urriza