“Tenemos condiciones de cumplir los plazos pero es necesario destacar que eso va a exigir un ritmo mayor de las obras en relación al ritmo actual”, indicó el Ministro de Deportes de Brasil, Aldo Rebelo.

El Mundial se jugará en 12 sedes oficiales, de los cuales seis escenarios ya fueron entregados para la Copa Confederaciones, los otros 6 deben estar listos finalizando el mes de diciembre de 2013.

La FIFA fue contundente y dijo que no aceptará atrasos en el cronograma.

De los estadios que faltan por entregar, el de Sao Paulo, que será la sede de apertura de la Copa Mundo, es el que está más avanzado, ya que las obras están en un 80%, faltando poco para que esté listo.

“Los otros están en un plazo más apretado. Necesitamos una aceleración general”, dijo el ministro.

El portal del gobierno brasileño para el Mundial de la FIFA publicó el avance total de cada una de las obras, donde se muestra que el estadio de Manaos se encuentra en un 76, 18%, Curitiba 71,4%, Natal 78,25%, Cuiabá 80,26%, Porto Alegre 74%, y Sao Paulo que está en 82%.

“Si un estadio avanza a una tasa de 3% de las obras al mes, eso necesita que se acelere significativamente el trabajo, lo que enciende una alerta amarilla”, agregó el ministro.

El mandatario público brasileño fue claro en la declaración y dijo que se beben intensificar las obras, “lo primero que hay por hacer es aumentar el número de trabajadores”.

Además de los estadios, Brasil empieza una batalla contra reloj no sólo para terminar por completo la creación y arreglo de los escenarios, debe ser rápido y eficiente en la modernización de los colapsados aeropuertos, ampliación de redes de transporte público, mejorar la oferta hotelera, y una mejora inmediata en las comunicaciones.

En junio, durante la Copa Confederaciones, más de un millón de personas se dieron cita en las calles brasileñas para protestar por los gastos públicos multimillonarios que se han destinado para la organización del Mundial. Los habitantes exigían mejoras en las redes públicas de transporte, salud y educación.

FUENTE elespectador.com